miércoles, 20 de diciembre de 2023

Guerra, destrucción, teatro y educación para la paz (V)


Agencia EFE

 Termino con esta entrada la revisión de la colección de teatro breve juvenil de la asociación de Autores y Autoras de Teatro, El tamaño no importa. Recuerdo por si alguien se incorpora aquí al blog, que esta colección pretende dialogar con los y las jóvenes en visitas de dramaturgos y dramaturgas a los institutos y otros centros educativos.

No dispongo en estos momentos del número tres.

Del número 2, 2012, tres obras nos brindan la oportunidad de reflexionar sobre la destrucción desde distintas miradas.

Descabezada de Inmaculada Alvear, nos habla de las consecuencias de la guerra. La obra suscita varias preguntas sobre la actuación de una niña frente a un soldado. Los roles parecen invertirse, la espiral de violencia continúa.

NIÑA.- Los soldados pasaron los tanques por encima de mi casa; buscaban armas, pero solo encontraron a mi muñeca.

El gancho de Miguel Murillo. La crueldad del nazismo. La obra presenta el juicio a una judía por rebeldía. Ha perdido su abrigo con la estrella identificativa. Es castigada por el juez nazi (X) a ser colgada en un gancho.

X.- Perfecto. No hay que saber nada. La ley dice que hay que llevar una estrella amarilla y punto. ¿Para qué queremos a esa gente que se dedica a interpretarlo todo?

La mujer árbol de Itziar Pascual. Es un ejemplo de activismo. Aquí el foco de la acción dramática nos ofrece un modelo en positivo de la lucha por la transformación social de la Premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai.

WANGARI ANCIANA.- Yo no me consideraba una activista. Cuando era profesora de Anatomía en la Universidad no pensaba que mi vida iba a ser... Pero... Una cosa llevó a la otra. Y todas van juntas... (...) La lucha contra la pobreza, la dignidad de las mujeres, el respeto a los derechos humanos, el cuidado de nuestra tierra. Todo es uno y uno es todo.

Del primer número de la colección, 2011, destacaré dos obras.

Cinco voces para el Guernica de Picasso de Jerónimo López Mozo. Sobre el bombardeo de la ciudad realizado por la aviación alemana durante la Guerra Civil española. Los personajes del cuadro toman la palabra para explicar lo sucedido y el sufrimiento causado.

Ochenta y seis años después las imágenes de Gaza nos siguen sobrecogiendo. Tristemente no se han cumplido las palabras de MUJER CON SU HIJO MUERTO, personaje de la obra:

Cuando tú seas grande, esta locura habrá acabado y no habrá otra.

Conocerás sus horrores por lo que los viejos te cuenten.

Página sobre el autor

¡Quiero jugar al fútbol, señor! de Ángel Solo. En poco más de tres páginas, el autor retrata con crudeza el drama de los niños soldado.

 NIÑO.- ¡No quiero el dinero, señor!

SOLDADO.- ¿Y qué es lo que quieres?

NIÑO.- ¡Quiero ver a mi familia, señor!

SOLDADO.- Nosotros somos tu familia ahora. Y siempre.

NIÑO.- ¡Sí, señor! ¡El Ejército Revolucionario es mi familia, señor!

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