Desde hace tiempo sigo al profesor e investigador Carlos Lomas a través de libros y revistas. Ahora también a través de Facebook donde realiza una interesante labor de dar a conocer estudios y propuestas sobre educación, especialmente sobre literatura y arte.
Recojo aquí un comentario que ha seleccionado sobre la escritura de la pedagoga recientemente fallecida, Emilia Ferreiro. Y lo relaciono con mis estudios sobre la escritura teatral en la educación secundaria, muy presentes en este blog, y vuelvo a incluir en esta entrada el decálogo que publiqué hace tiempo.
EL DERECHO A LA EXPRESIÓN ESCRITA
Me gustaría que las mejores bibliotecas se convirtieran no solamente en espacios donde se pueden explorar libros, escuchar dramatizaciones o leer en voz alta, sino también en espacios donde se favorezca una expresión escrita, porque yo no quiero que la posibilidad de expresarse por escrito sea privilegio de unos pocos.
Emilia Ferreiro (1997), en //bit.ly/2PkkDGI (páginas 7-13).
- El género teatral conecta literatura y habla, lo que facilita su aprendizaje.
- Su práctica impulsa al análisis de la relación entre conflicto real y conflicto dramático. Y por tanto, el tratamiento de sus resoluciones.
- A partir de ella se puede culminar un proceso de montaje dramático.
- Permite un proceso enriquecedor entre lectura y escritura o entre asistencia a espectáculos teatrales y escritura.
- Cede el protagonismo al alumnado.
- A los y las jóvenes les motiva hablar de lo que les sucede a través de lo que escriben.
- Invita a imaginar mundos o formas de relación mejores.
- Anima al debate sobre comportamientos en el teatro y en la vida real.
- Profundiza de una forma práctica en el conocimiento de los elementos constitutivos del género teatral y de sus tendencias a lo largo de la historia.
- A partir de cierta edad, contribuye a la participación política y democrática a partir del diálogo.
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