Por un lado, hoy mismo, una nueva edición del desfile militar de nuestro ejército en Madrid.
Por otro, la destrucción de Gaza, un genocidio derramado sobre el que es difícil pensar que ha terminado (a pesar de un alto el fuego del que llegan noticias de que no se cumple).
En común: gastos militares frente a necesidades sociales, compra-venta de armas, poder militar, capitalismo despiadado.
Sobre lo común: ayer se leyó mi texto breve Soy militar de alta graduación. Fue en un acto que anuncié en la entrada anterior de este mismo blog. La gran actriz Ángeles Martín lo dramatizó de forma muy acertada y emotiva. El texto puede leerse en el libro Gaza. Campo de exterminio de varios autores y varias autoras, editado el año pasado por Ediciones Invasoras.
Puede leerse otra versión en Teatro antimilitarista (Contra la guerra y sus secuaces). Véase en este mismo blog en la sección de TEATRO (ADULTOS).
Aquí, un fragmento que se refiere al desfile militar que veremos en todas las televisiones.
Hoy, el desfile militar no me ha gustado. Tanta euforia, tanta elegancia, tanto brillo, todo parecía exultante. Y mientras, otro ejército, amigo, el de Israel masacraba a la población palestina, una vez más. Los militares de aquel país dicen que está justificado por el ataque previo del ejército oponente también con víctimas civiles. Pero la respuesta ha sido demasiado cruel, bombardeos destruyendo la Franja de Gaza, sin luz, ni agua, con los hospitales colapsados, sin recursos, sin escapatoria… Niños, niñas… ¿qué culpa tienen? Los ejércitos ofreciendo sin pudor su cara más real. Su desprecio a la vida humana, a su dignidad. Y paralelamente nuestro ejército en su desfile anual… tan brillante, tan lucido de reyes, reinas, princesa y políticos y políticas tan elegantes. No he podido dejar de sentir miedo. Miedo del ser humano, de su insensibilidad, de su aberrante indiferencia. Miedo de mi inferioridad ante ese escritor frustrado. “Tengo envidia de los muertos”, ha dicho un traductor gazatí en la televisión al día siguiente por el horror causado por el ejército mejor dotado y más apoyado. (Pausa.) Pero yo no puedo estar diciendo esto. Ustedes lo saben. Yo soy un militar de alta graduación.
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