lunes, 16 de octubre de 2023

Misma guerra, mismo genocidio. Veintiún años después




En 2002, en el IES Valle-Inclán y en el Teatro José María Rodero (Torrejón de Ardoz, Madrid), el Taller de Teatro que dirigía representó una obra que había escrito, titulada Volverás a mirarme. Ahora puede leerse a través de este blog en la sección de TEXTOS (JÓVENES). En esta obra incluimos (trabajé con la ayuda de la profesora de Música, Blanca Aller), por su actualidad, la lectura por parte de un coro de una carta de una cooperante en Palestina. El texto encajaba con uno de los propósitos de la obra en contra de la violencia y la guerra.

Ayer estuve en una manifestación contra la trágica actualidad de hechos que se repiten, veintiún años después, y que no han cesado. ¡Cuánta tristeza!

Dejo aquí el texto de la carta dicho por el coro:


APÉNDICE A LA OBRA VOLVERÁS A MIRARME (Véase escena sexta, nota 9)

Texto de la carta leída

CORO 1: Queridos amigos y amigas, sé que estáis preocupados por lo que pasa. Os agradecería que hicierais un esfuerzo por informar sobre esta situación insostenible. Para empezar os diré que la mitad de la ciudad no tiene suministro de electricidad, teléfono, agua. Hay mucha gente pasando hambre.

 

CORO 2: Los árboles, los jardines, las señales de tráfico, los edificios reventados por las bombas, los coches aplastados, las tuberías rotas donde han abierto zanjas que cruzan las calles para impedir el paso... la violencia desatada.

 

CORO 3: Cada cuatro días nos dan tres o cuatro horas para salir a la calle, tirar la basura en montones que se desbordan y huelen terrible, porque no hay recogida; comprar lo que va quedando en las tiendas cada vez más vacías y ver los destrozos causados por el poderoso y prepotente ejército invasor.

 

CORO 4: No hay posibilidad de ir al hospital a hacer diálisis, quitarse una escayola, parir un hijo. La propia Cruz Roja Internacional no puede ejercer sus funciones, los médicos y personal de ambulancias son blanco de ataques, detenciones, apaleamientos y muchos han muerto en el ejercicio de sus funciones humanitarias.

 

CORO 5: El ejército entierra en fosas comunes e intenta ocultar la masacre a la comunidad internacional, cuando se vean obligados a dejar entrar a periodistas y diplomáticos, que ahora tienen prohibido el acceso desde que comenzó la operación militar.

 

CORO 6: No sé si te imaginas cómo es la vida en estas condiciones aterradoras. Es bastante difícil mantener la cordura, pero por el momento resistimos.

 

CORO 7: Si alguien muere porque le llegó la hora o porque se atrevió a salir al balcón a tender la colada como le pasó ayer a una mujer de 28 años aquí cerca, la familia tiene que estar con el cadáver en casa hasta que levantan el toque de queda y pueden enterrarlo en el jardín o puede acudir una ambulancia a retirarlo.

 

CORO 8: La mitad de las casas del campo de refugiados de Jenin, donde viven 15.000 habitantes que fueron expulsados en 1948, han sido demolidas, algunas con sus habitantes dentro.

 

CORO 9: Yo, como sabéis, sigo aquí, en Ramallah, encerrada en prisión domiciliaria con otro millón largo de personas en el campo de concentración que es Palestina, aparte del millón que vive desde hace 37 años en el campo de concentración que es Gaza. Estoy rodeada de una valla electrificada, pero puedo contaros que personalmente estoy bien y me siento en el lado justo de la barricada.

 

CORO 10: Todas las normas internacionales han sido quebradas, todos los límites rebasados. Es necesario parar esta locura, todas las locuras y debe hacerse desde la opinión pública, porque nuestros líderes son muy débiles en su defensa de los derechos humanos. Si puedo, os seguiré escribiendo. Mil besos de vuestra amiga.


OTRA OBRA DE TEATRO SOBRE LA MISMA REALIDAD QUE HE LEÍDO EN CLASE EN ALGUNA OCASIÓN CON EL AGRADO DEL ALUMNADO: 

BAJO EL CIELO DE GAZA, DE LUIS MATILLA



Se puede acceder al texto a través del siguiente ENLACE


No hay comentarios:

Publicar un comentario