En 2002, en el IES Valle-Inclán y en el Teatro José María Rodero (Torrejón de Ardoz, Madrid), el Taller de Teatro que dirigía representó una obra que había escrito, titulada Volverás a mirarme. Ahora puede leerse a través de este blog en la sección de TEXTOS (JÓVENES). En esta obra incluimos (trabajé con la ayuda de la profesora de Música, Blanca Aller), por su actualidad, la lectura por parte de un coro de una carta de una cooperante en Palestina. El texto encajaba con uno de los propósitos de la obra en contra de la violencia y la guerra.
Ayer estuve en una manifestación contra la trágica actualidad de hechos que se repiten, veintiún años después, y que no han cesado. ¡Cuánta tristeza!
Dejo aquí el texto de la carta dicho por el coro:
APÉNDICE A LA OBRA VOLVERÁS A MIRARME (Véase
escena sexta, nota 9)
Texto de la carta leída
CORO 1: Queridos amigos y amigas, sé
que estáis preocupados por lo que pasa. Os agradecería que hicierais un
esfuerzo por informar sobre esta situación insostenible. Para empezar os diré
que la mitad de la ciudad no tiene suministro de electricidad, teléfono, agua.
Hay mucha gente pasando hambre.
CORO 2: Los árboles, los jardines, las
señales de tráfico, los edificios reventados por las bombas, los coches
aplastados, las tuberías rotas donde han abierto zanjas que cruzan las calles
para impedir el paso... la violencia desatada.
CORO 3: Cada cuatro días nos dan tres
o cuatro horas para salir a la calle, tirar la basura en montones que se
desbordan y huelen terrible, porque no hay recogida; comprar lo que va quedando
en las tiendas cada vez más vacías y ver los destrozos causados por el poderoso
y prepotente ejército invasor.
CORO 4: No hay posibilidad de ir al
hospital a hacer diálisis, quitarse una escayola, parir un hijo. La propia Cruz
Roja Internacional no puede ejercer sus funciones, los médicos y personal de
ambulancias son blanco de ataques, detenciones, apaleamientos y muchos han
muerto en el ejercicio de sus funciones humanitarias.
CORO 5: El ejército entierra en fosas
comunes e intenta ocultar la masacre a la comunidad internacional, cuando se
vean obligados a dejar entrar a periodistas y diplomáticos, que ahora tienen
prohibido el acceso desde que comenzó la operación militar.
CORO 6: No sé si te imaginas cómo es
la vida en estas condiciones aterradoras. Es bastante difícil mantener la
cordura, pero por el momento resistimos.
CORO 7: Si alguien muere porque le
llegó la hora o porque se atrevió a salir al balcón a tender la colada como le
pasó ayer a una mujer de 28 años aquí cerca, la familia tiene que estar con el cadáver
en casa hasta que levantan el toque de queda y pueden enterrarlo en el jardín o
puede acudir una ambulancia a retirarlo.
CORO 8: La mitad de las casas del
campo de refugiados de Jenin, donde viven 15.000 habitantes que fueron
expulsados en 1948, han sido demolidas, algunas con sus habitantes dentro.
CORO 9: Yo, como sabéis, sigo aquí, en Ramallah, encerrada
en prisión domiciliaria con otro millón largo de personas en el campo de
concentración que es Palestina, aparte del millón que vive desde hace 37 años
en el campo de concentración que es Gaza. Estoy rodeada de una valla
electrificada, pero puedo contaros que personalmente estoy bien y me siento en
el lado justo de la barricada.
CORO 10: Todas las normas
internacionales han sido quebradas, todos los límites rebasados. Es necesario
parar esta locura, todas las locuras y debe hacerse desde la opinión pública,
porque nuestros líderes son muy débiles en su defensa de los derechos humanos.
Si puedo, os seguiré escribiendo. Mil besos de vuestra amiga.
OTRA OBRA DE TEATRO SOBRE LA MISMA REALIDAD QUE HE LEÍDO EN CLASE EN ALGUNA OCASIÓN CON EL AGRADO DEL ALUMNADO:
BAJO EL CIELO DE GAZA, DE LUIS MATILLA
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