La Asociación Trece Rosas estudia acciones legales contra Ortega Smith por acusarlas de "torturar, asesinar y violar"
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En el año 2008 la editorial Sabina publicó mi obra de teatro La abuela Sol y las Trece Rosas, cuya escritura se remonta algunos años atrás. Tuve la ocasión de conocer a Ángeles García-Madrid, presa en las cárceles de mujeres franquistas que las conoció, y cuyo testimonio fue el germen de mi texto. En homenaje a ellas, Ángeles escribió el siguiente soneto que reproduzco aquí también en su recuerdo:
Trece flores de trece limoneros
hacia el Valle que seca los trigales.
Trece ninfas de trece manantiales
que le ceden su canto a los jilgueros.
hacia el Valle que seca los trigales.
Trece ninfas de trece manantiales
que le ceden su canto a los jilgueros.
Trece sueños fragantes de romeros
que se crecen ante los peñascales.
Trece voces que riman los riscales
para que tengan paso los veneros.
que se crecen ante los peñascales.
Trece voces que riman los riscales
para que tengan paso los veneros.
Trece estrellas que rompen las cadenas
que les impiden alcanzar su cielo
y se desprenden de sombrías arenas.
que les impiden alcanzar su cielo
y se desprenden de sombrías arenas.
Trece ideas con un solo desvelo
Trece arpegios vencidos…¡Trece penas!
¡Trece flores, tronchadas, en el suelo!
Trece arpegios vencidos…¡Trece penas!
¡Trece flores, tronchadas, en el suelo!
Como quería Julia Conesa, una de las Trece Rosas: "Que mi nombre no se borre en la historia".
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